viernes, 4 de octubre de 2013

Aachen, Alemania.

A poco más de una hora de viaje desde la central de trenes de Lieja se encuentra la pequena y encantadora ciudad de Aachen en Alemania. Fue la primera vez que estuve en contacto con el país desde mi llegada. Primeras impresiones: el idioma. Bertrand tuvo que preguntar una dirección en alemán y no encontré una sola palabra relacionada o que por lo menos pudiera entender.

Otra cosa es que el tráfico automovilístico y peatonal es íntegro. Se respetan muchísimo los semáforos y los peatones así no haya ningun auto por la calle esperan a que la figrua de peaton se ponga en verde. Aachen parece muy limpia y tiene edificios encantadores y pintorescos. Al entrar se ve la antigua puerta de la ciudad que fue una de las cosas que me impresionó y gustó.

Por las calles se ven tiendas de ropa tanto de disenadores como de líneas accesibles. Lo que me fascinó fue un senor con un aparato para hacer salchichas en la calle, tiene la parrilla delante de él, el tanque de gas a la espalda, una sombrilla por si la lluvia o el sol y ahí mismo desde donde se encuentre te entrega una salchicha con pan, ketchup y mostaza. No sólo impresionante y a mi parecer creativo sino que la salchicha estaba deliciosa.

La capilla de Carlomagno también fue algo impresionante con vitrales bellos y un techo insólito. Lugar hermoso por dentro y por fuera. No podía faltar en el paseo tomarse un par de cervezas alemanas en el zócalo de Aachen, pues este día hubo sol y hasta calorcito y días así aquí en Europa no se desaprovechan.

Saludos!!











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